Vale expresar algunas reflexiones sobre el cónclave de la V Sección PBA de Pro.
Quizá la frase más definitoria es esta del diputado Pinedo: “Es muy fácil ganar: digo que apoyo a Kirchner y de seguro gano… pero nosotros seguimos ideas, no cargos electorales… no debemos traicionarnos por un escaño de concejal cuando podemos en 2011 lograr el Gobierno de la Nación” (cita no textual).
Ustedes saben que el nuestro es, creo, el único espacio político –partido, porque no es ello una mala palabra- que nació luego de la gravísima crisis de 2001/2002. Pro nace allí, y congloba a distintos actores provenientes de anteriores estructuras; todos al cohesionarse no forman una masa amorfa, una mixtura política, sino que esa convergencia de pluralidad ideológica tiene en común algo que caracteriza a Pro: los planes de gestión. Por eso, y valga la comparación, Pro es como la Argentina en sus albores, que no estaba unida por la sangre (como los europeos) sino que el crisol inmigratorio se unió en su carta magna de 1853. Nuestras plataformas son nuestra Constitución, a ellas nos debemos, y de ahí que seguimos ideas y proyectos, y no cargos electorales en si mismos, sino que esto será una consecuencia de lo anterior.
Digo esto para hacer notar básicamente dos cosas:
1. Somos un partido nuevo, recién llevamos un lustro, que en la historia no es nada, somos muy jóvenes;
2. Nuestra heterogeneidad empero tiene una identidad, que debemos preservar.
Ambas cosas sirven para darnos cuentas que:
Quizá la frase más definitoria es esta del diputado Pinedo: “Es muy fácil ganar: digo que apoyo a Kirchner y de seguro gano… pero nosotros seguimos ideas, no cargos electorales… no debemos traicionarnos por un escaño de concejal cuando podemos en 2011 lograr el Gobierno de la Nación” (cita no textual).
Ustedes saben que el nuestro es, creo, el único espacio político –partido, porque no es ello una mala palabra- que nació luego de la gravísima crisis de 2001/2002. Pro nace allí, y congloba a distintos actores provenientes de anteriores estructuras; todos al cohesionarse no forman una masa amorfa, una mixtura política, sino que esa convergencia de pluralidad ideológica tiene en común algo que caracteriza a Pro: los planes de gestión. Por eso, y valga la comparación, Pro es como la Argentina en sus albores, que no estaba unida por la sangre (como los europeos) sino que el crisol inmigratorio se unió en su carta magna de 1853. Nuestras plataformas son nuestra Constitución, a ellas nos debemos, y de ahí que seguimos ideas y proyectos, y no cargos electorales en si mismos, sino que esto será una consecuencia de lo anterior.
Digo esto para hacer notar básicamente dos cosas:
1. Somos un partido nuevo, recién llevamos un lustro, que en la historia no es nada, somos muy jóvenes;
2. Nuestra heterogeneidad empero tiene una identidad, que debemos preservar.
Ambas cosas sirven para darnos cuentas que:
A. No debe desvelarnos esta elección, y lo digo por si creemos que tendremos ab initio un triunfo como el de Mauricio en la Capital (no olvidemos que perdió en 2003, y su buenaventura estuvo en persistir);
B. Debemos mantener nuestra identidad, y desprendernos de los oportunismos.
Si nosotros perdemos de vista estas ideas básicas (que son identidad y largo plazo) podemos caer en un electoralismo que nos lleve a la ruina, y permítanme citar dos casos donde la alteración de la identidad lleva a la decadencia: uno ejemplo es el peronismo, que como todo movimiento, al querer abarcarlo todo, engendra su negación al diluirse sus premisas: la fuerzas centrífugas que generaran sus luchas intestinas harán definitivamente que el movimiento se parta, y de hecho, ya en las elecciones de 2003 el PJ no presentó formalmente aunque varios candidatos se decían peronistas; el otro modelo de ambiciones electoralistas de corto plazo que hacen a la pérdida de identidad y la destrucción de un partido es el caso de la UCR, donde los actores de un partido fundado por un liberal como Alem -que enarboló las banderas contra la corrupción del déspota de su momento- se aliaron… con Kirchner, sólo para estar en la foto del poder de turno, y ustedes ven en qué está terminando ese centenario partido, lo que es una lástima.
Somos un partido que mira al largo plazo, que aspira al desarrollo de Argentina, de lo cual piensa en décadas y no en años, por lo que pensando así, está elección es una episódica contingencia: no la canjeemos por nuestro promisorio futuro. Nuestro compromiso debe ser, cualquiera sea el resultado, comenzar a trabajar en día 29 de octubre pensando en 2009, dejando atrás la practica de que terminada la elección, los partidos cierran sus puertas dándole la espalda a la gente.
CS
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